La tecnología y la educación según Godoy y Calero (2018)
citando a Rugeles, Mora y Metaute (2015) señalan que “están siendo abordados
por…dos tipos de estudiantes: el primero conocido como nativo digital, es el
que nace y crece rodeado de herramientas tecnológicas (asociadas a Internet) y
es capaz de entender rápido las imágenes y videos como si fuese un texto,
verifican datos de múltiples fuentes con la finalidad de crear más contenidos
con la capacidad de realizar varias tareas al mismo tiempo. En el segundo tipo
de estudiante denominado como inmigrante digital, se caracteriza porque utiliza
las tecnologías acordes con sus necesidades la mayoría de veces con fines
incorporarse a los ambientes dirigidos por las TIC”; en este sentido es
importante recordar el vínculo que el juego tiene con el proceso educativo; ya
que en el caso de la Educación Física en el Ecuador, no solo tiene una relación
vinculante sino que además es considerado como la base sobre la que se
desarrollan los demás bloques curriculares, de acuerdo a lo estipulado en el Currículo
de Educación Física vigente a la presente. Ahora bien, cuando se menciona que a
los denominados nativos digitales la tecnología les resulta una herramienta que
coadyuva en sus procesos de aprendizaje; habría que indagar si dicha adaptación
y apropiación de los avances tecnológicos, tiene influencia en sus relaciones
socio-afectivas y en sus capacidades motoras.
En el contexto de una emergencia sanitaria como la que el
mundo está viviendo en el 2020, las TICs han sido utilizadas para sostener el
aparataje que hace que las sociedades funcionen; ya que sin su valioso
contingente, la educación por ejemplo hubiese sufrido grandes reveses. Quizá la
dicotomía resultante entre su funcionalidad, fruto de su gran capacidad
abarcadora tanto de contenidos como de usuarios; frente a la influencia (pasiva
o activa) que ésta tiene para desplazar o relegar actividades tradicionales;
refleja que de por sí, la tecnología es un medio para llegar a un fin y que los
usuarios de las mismas, son quienes tienen el poder de emplearlas para aportar
o no en el desarrollo integral de un mundo sostenible, sustentable y sobre todo
más humano.
Si en lugar de jugar a la rayuela la persona opta por un
juego virtual o una actividad en alguna plataforma digital, vale la pena
recordar que al fin de cuentas fue él quien decidió realizar tal o cual
actividad, y que quizá si una sociedad estuviese más humanizada podría
tranquilamente acoplar ambas actividades, sacándoles el máximo de provecho a
los beneficios que aportan cada una de ellas.
Como aporte a este tema, les exponemos el siguiente video donde
se puede apreciar una opinión relacionada al contexto de la costa ecuatoriana,
específicamente a los juegos tradicionales de Manabí.
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